I VÍSPERAS
Himno
¿Qué nuevo triunfo cantan, hoy, los cielos?
¿Qué nuevo aplauso los santos tributan?
¡La luz del clero, el Padre de los pobres
brilla en la Gloria!
Obras ingentes loan tus proezas
y el Amor ciñe de laurel tu frente:
cuanto le diste al pobre con largueza
te vuelve el Cielo.
Los sacerdotes, siendo tú su guía,
llevan al pobre la verdad de Cristo :
la madre Iglesia vive y canoniza
tu Magisterio.
Pero te honran de manera insigne
vírgenes castas que, a la vez, son madres:
los pobres gozan, bajo tu mirada,
de su ternura.
Como aliviaste el dolor del mísero
oye hoy, benigno, el clamor del pueblo:
todos los pobres, juntos te proclaman
Padre y amigo.
Demos, hoy, todos, gloria al Padre Eterno
y al Hijo Ungido Salvador del hombre
y al Amor mismo, llama de Dios vivo
que arde en Vicente. ¡Amén!
Ant.1. Los pobres y necesitados buscan agua y no la encuentran; yo el Señor los oiré; yo el Dios de Israel no los abandonaré.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1. Los pobres y necesitados buscan agua y no la encuentran; yo el Señor los oiré; yo el Dios de Israel no los abandonaré.
Ant. 2. Les daré pastores según mi corazón y los apacentarán en ciencia y en doctrina.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2. Les daré pastores según mi corazón y los apacentarán en ciencia y en doctrina.
Ant. 3. Embriagaré el alma de mis sacerdotes con la abundancia y colmaré a mi pueblo de mis bienes.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3. Embriagaré el alma de mis sacerdotes con la abundancia y colmaré a mi pueblo de mis bienes.
LECTURA BREVE 1 Jn. 4, 19-21
Nosotros amamos a Dios, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Amo a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de Él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano.
RESPONSORIO BREVE
V. Me gozaré y alegraré en tu misericordia.
R. Me gozaré y alegraré en tu misericordia.
V. Porque has mirado mi aflicción.
R. En tu misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Me gozaré y alegraré en tu misericordia.
Cántico Evangélico:
Ant. El Espíritu del Señor está sobre mí, me envió a evangelizar a los pobres.
PRECES
Al recordar con alegría a San Vicente de Paúl, imploremos la tierna bondad de Dios, para que despierte y renueve siempre en la Familia Vicentina el espíritu de nuestro Padre, y digámosle con confianza:
Inflámanos en tu amor.
Tú que enviaste a tu Hijo para que trajera la Buena Noticia a los pobres,
-que jamás deje la Iglesia de anunciar la Palabra Salvadora.
Tú que llamaste a la Familia Vicentina a participar en la misión de tu Hijo,
-concédele tener los mismos sentimientos y afectos llenándose de su espíritu.
Que aprendamos realmente a amar a nuestro pueblo y a todo ser humano,
-y a construir una convivencia humana en la paz y en el bienestar.
Tú que cifraste en el amor la perfección de la ley, muévenos a compartir el gozo de los alegres y la pena de los tristes,
-para que nuestro amor revierta más en bien de todos.
Tú que hiciste a todos según tu imagen,
-haz que nuestra entrega contribuya a luchar contra las injusticias.
Tú que suscitas continuamente el propósito santo de dar la vida para servirte a ti y a los hermanos,
-sosténnos con la fuerza del Espíritu que nos llama a ser en el mundo testigos del amor de Cristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Que quienes se esforzaron por reconocerte y amarte en los más pobres,
-lleguen a contemplarte, cara a cara, por siempre en tu Reino.
Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
ORACIÓN
Señor Dios nuestro, que para la evangelización de los pobres y la formación del clero, infundiste en tu sacerdote San Vicente de Paúl las virtudes apostólicas, haz, te rogamos, que los que seguimos el ejemplo de su vida sintamos de continuo la urgencia de la caridad para perpetuar la misión de tu Hijo en el mundo. Por nuestro Señor.
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