EUCARISTÍA EN HONOR A
LA BIENAVENTURADA MADRE DE DIOS MARÍA SANTÍSIMA
1.
COMENTARIO:
Dios ha dispuesto de sus ángeles y su voz para hacer su
llamado a través de toda la historia de la salvación, pero también dispuso de
una madre para ser la nueva arca de la alianza, portadora del verbo y servidora
a través de los tiempo, hoy recordamos grandes hechos y prodigios que ella ha
hecho en nuestras vidas y en las vidas de muchos convertidos a la fe por ella.
Canto de entrada:
MIENTRAS RECORRES LA VIDA
(Espinosa)
Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás
contigo por el camino, Santa María va.
CORO
Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis)
(Espinosa)
Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás
contigo por el camino, Santa María va.
CORO
Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis)
Aunque digan algunos que nada puede cambiar
lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.
CORO
Si por el mundo los hombres sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano al que contigo está.
CORO
Aunque parezcan tus pasos inútil caminar
tú vas haciendo caminos, otros los seguirán.
CORO
lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.
CORO
Si por el mundo los hombres sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano al que contigo está.
CORO
Aunque parezcan tus pasos inútil caminar
tú vas haciendo caminos, otros los seguirán.
CORO
Comentarios de las lecturas:
Hoy
se nos invita a reflexionar sobre la palabra de Dios, ser portadores del
mensaje de Cristo resucitado y ser como
María dóciles a la palabra y hacer de nuestras vidas todo un “Fiat” para
ser a ejemplo de la Madre. La lectura del libro del apocalipsis nos ilustra de
una manera figurada la imagen de la Virgen dando a luz a quien será el Salvador
del género humano, pero también esa mujer representa al pueblo escogido por
Dios que sufre por las persecuciones a causa del evangelio. Y por último el
evangelio resalta la figura de María Santísima como bienaventurada entre todas
las mujeres, pues ella es la puerta de la nueva alianza.
Lectura 1: Apocalipsis capítulo
12, 1-15
Salmo: Tu eres la gloria de
Jerusalén, tú la honra de nuestro pueblo.
Evangelio: Lucas 1, 26-38
Ofrendas:
Pan y vino: te ofrecemos Señor el
pan y el vino fruto de nuestro trabajo y de nuestra entrega, también representa
la unión, el esfuerzo y la cotidianidad de la mujer en su trabajo de Madre.
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