Nicolás
Colin
Nació en Grennat, Haute-Marne (Francia), el 12 de diciembre de 1730. A
los 17 años ingresó en la Congregación de la Misión en la Casa Madre de san
Lázaro de Paris, donde profesó en 1749. Durante 22 años ejerció su ministerio
misionero, con fama de buen predicador. El cardenal de la Luziere, que le apreciaba
mucho, le invitó a su diócesis de Langres, asignándole la parroquia de
Geneuries y aceptó la invitación, con permiso de los superiores. La Revolución
le expulsó de su parroquia por negarse a prestar el juramento civil. Huyó a
Paris y se refugió en el seminario de san Fermín, donde también a él le acogió
fraternalmente su superior el Beato Luís José, y donde encontró la muerte de
los Mártires en la cruel matanza del 3 de septiembre de 1992.
Juan Carlos Caron
Era natural de
Auchel-Pas-de-Calais (Francia), donde había nacido el 31 de diciembre de 1730.
A sus 20 años ingresó en la Congregación de la Misión en la Casa Madre de san
Lázaro en Paris, el 9 de abril de 1750, donde emitió sus votos en 1752. Durante
29 años se dedicó al ministerio de las misiones, pasando a ser párroco de
Colegien, Diócesis de Arrás y allí se encontraba cuando comenzó la Revolución.
Como tantos otros, se negó a prestar el juramento civil, por lo cual fue
expulsado de su parroquia, refugiándose en Paris, en el seminario de san Fermin,
donde fue acogido fraternalmente por el Beato Luís José, su superior. Su muerte
se une a la de los demás Mártires de la cruel matanza del 2 al 3 de septiembre
de 1792.
La Iglesia nos los recuerda juntos
para indicarnos que su fidelidad es única y la misma, dando testimonio
apasionado hasta la muerte. Los Mártires del septiembre francés, vienen a
decirnos y a repetirnos la historia del testimonio concentrado en una confesión
sangrienta: no hay testimonio más verídico, que la historia martirial.
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