Por: Jesús Antonio Galvis.
Seminario Interno
El martes 18 de julio se inició la jornada con la Lectio divina organizada por el Seminario Interno. En ella se invitó a hacer memoria de Folleville y Châtillon como dos lugares teológicos en los que la llama del Espíritu Santo suscitó la fundación de un nuevo carisma en la Iglesia. En Folleville se dio el primer sermón de la Misión, en Châtillon se organizó la caridad. Fijar nuestra mirada en estos dos acontecimientos implica volver nuestro corazón a las fuentes con la esperanza puesta en el futuro para seguir revitalizando la respuesta y el seguimiento de Cristo en la persona de los pobres.
A continuación se procedió a dar respuesta a la pregunta que se dejó sin resolver del día anterior: La clase de misiones populares ¿cómo las estamos viendo actualmente? ¿Cómo han variado? Frente a la cual los participantes contestaron:
• Los distintos eventos que se están haciendo a nivel país constituyen una variante de estas misiones populares. Los diferentes carismas y comunidades tienen su metodología para llevar adelante las diversas manifestaciones de éstas, pues la evangelización es la verdadera tarea encomendada por Jesucristo a los distintos fundadores y familias religiosas.
• En Colombia, lo que quizás ha variado con el tiempo es el testimonio que deja el misionero en esas misiones, la pasión que se va gastando con el tiempo, pero que debemos ir renovando con la fuerza del Espíritu Santo.
• Se han ido formando líderes evangelizadores; sin embargo, es necesario integrar a los miembros de la Familia Vicentina en este proceso.
• Retomar la vitalidad y la fuerza de la Palabra de Dios.
• El laico es el protagonista de este proceso, sin embargo, se recomienda no saturarlo con mucho trabajo para que no se canse del servicio.
• Se han visto cambios positivos en las misiones populares, pero se necesita la ayuda económica para atraer a los pobres y ver en ellos el rostro de Jesucristo.
Foro sobre la película
Por petición de la mayoría de los asistentes se invitó a compartir sobre las impresiones del film Monsieur Vincent
Inicialmente el estudiante de Teología Andrés Felipe Rojas empezó por hacer una breve introducción sobre el film diciendo: “La intención de la película no fue solo histórica. La película lo que quería mostrar era un personaje francés para resaltar y ayudar a levantar el ánimo de los franceses luego de terminada la segunda guerra mundial.
Está cumpliendo 70 años desde que se estrenó en 1947. Director: Maurice Cloche Productora: George de la Grandiere. Protagonista: Pierre Fresnay, quien visitó al entonces Nuncio apostólico Angello Roncalli, luego el Papa Juan XXIII. En 1949 ganó un Oscar honorífico como mejor película de habla no inglesa. El protagonista del film murió en 1957”.
Aportaciones:
Es interesante la lectura que hace el santo de los signos y la respuesta que él da a los mismos. La profundidad de los diálogos, son de una riqueza incalculable que expresan en una síntesis estupenda la espiritualidad, mentalidad y personalidad de San Vicente, así como su gran humanidad y pedagogía para la evangelización.
La película muestra un Vicente convencido de lo que estaba haciendo. Empezó solo y luego se van uniendo personas para luchar por los pobres. Vicente no solo restaura el templo, sino los corazones de los hombres y mujeres de su época, pues sentía dolor y tenía entrañas de misericordia, superando todas las barreras, siendo un puente entre los ricos y los pobres; para promover la dignidad humana de los más necesitados.
Los personajes secundarios también son importante, tal es el caso de la figura del Padre Portail, Margarita Naseau.
Terminado el foro sobre la película, intervino el P. Marlio Nasayó C.M. con la Conferencia El Acontecimiento de Agosto de 1617 en Châtillon; explicando el nacimiento de las caridades bajo dos aspectos fundamentales: origen, aproximación y lectura de los acontecimientos.
Con respecto al origen, se partió del texto de los Hech cuando dice: Como dijo San Pedro en casa de Cornelio: “La cosa empezó en Galilea” (Hech 10,37), nosotros podemos parodiar el texto diciendo: La cosa empezó en Châtillon – les – Dombes.
Con relación al segundo punto: aproximación y lectura de los acontecimientos, el Padre Marlio se inspiró en la aterrizada reflexión que ha hecho el P. Eli Chaves dos Santos, C.M. antiguo Consejero General de la C.M.., y luego del rico e enjundioso mensaje que el Papa ha enviado a la A.I.C. en febrero pasado.
Podemos celebrar este acontecimiento desde tres claves, distintas pero complementarias: el Κρόνος cronos, καιρός el kairos y el ἔσχατον eschaton. El cronos es el tiempo del hombre, el tiempo terrenal. En nuestro caso: Un tiempo dentro del calendario: agosto de 1617…En un lugar: Châtillon-les-Dombes…sur de Francia.
Kairos: Es la medida correcta, tiempo oportuno, tiempo favorable, momento señalado y preciso de Dios.
Escaton: “En la unicidad de la vida humana se ve claramente su seriedad. La vida humana no puede repetirse. Como la vida terrena es camino para las realidades escatológicas, el modo como procedemos en ella tiene consecuencias irrevocables. Por ello, esta nuestra vida corporal conduce a un destino eterno”. Lo dice acertadamente la Comisión Teológica Internacional. No. 10.
Después se hizo la propuesta del trabajo para compartir entre todos.
Una vez finalizado el café se procedió a trabajar por grupos para dar respuesta a lo siguiente:
1. El acontecimiento de Châtillon ha de ser un acontecimiento de gracia, que en este cuarto centenario ha de interpelarnos como F.V.
- ¿En nuestro mundo cercano qué llamadas tenemos?
- ¿Estamos atentos para escucharlas?
- ¿Cómo podemos responder al estilo vicentino?
2. Châtillon es la respuesta a una caridad bien organizada.
- ¿Qué respuestas le estamos dando a estas llamadas que escuchamos?
- ¿Estamos luchando para erradicar la pobreza o nos contentamos con el asistencialismo?
3. La respuesta afectiva y efectiva de San Vicente es resultado de su fuerte vida espiritual.
- ¿Somos verdaderos enamorados de Jesucristo y este amor se manifiesta en nuestro compromiso con los pobres?
4. En las grandes pobrezas del siglo XVII San Vicente, para un trabajo eficaz con los pobres unió las fuerzas de la CM, las HH.CC. y las AIC.
- ¿Cómo podremos unir nuestras fuerzas, para atender las miserias tanto antiguas como también las nuevas del mundo de los pobres?
Con base en la primera pregunta:
Son muchas las llamadas de los pobres: familias desintegradas, deprimidas, jóvenes sin esperanza. Los ruidos internos y externos no nos permiten ver y escuchar a los pobres, por la misma cultura del descarte. Sin embargo, el carisma vicentino hace frente a todas estas llamadas de los pobres, con un espíritu de misericordia y de amor.
Lo primero a llevar es la evangelización, quitar el paradigma que la pobreza no es solo en lo económico sino también en lo espiritual. Debemos ayudar y enseñar de corazón.
El hambre, el sistema de salud, la drogadicción, la prostitución, la desesperanza de los jóvenes que los lleva al suicido, el relativismo, el abandono de los adultos mayores, la inmigración, el maltrato intrafamiliar y el desempleo. Es necesario discernir las situaciones que se presentan; para no ser engañados. La respuesta al estilo vicentino es conocer la realidad, visitar a los hogares y mediante el establecimiento de propuestas concretas de cambio sistémico.
Organizarnos y trabajar unidos como FAMVIN para dar respuesta a todas estas problemáticas.
Infundir el amor a Dios en los pobres para que el carisma continúe vivo y vigente.
Referente a la pregunta dos se dijo lo siguiente:
Somos conscientes que falta mucho por hacer. Es positivo que se está trabajando y uno de los signos es el cambio sistémico. No más asistencialismo con los pobres, es necesario formarlos, hacerlos líderes, logrando cercanía conforme a la sencillez y la humildad.
Aprender a priorizar en la vida, haciendo un proceso de seguimiento a los pobres, de capacitación integral; para que puedan llegar a cabo sus procesos productivos. Es decir, se está trabajando en hacer de los pobres agentes de promoción para que ellos mismos puedan ir transformando su realidad social y cultural.
Saber discernir la realidad de los pobres. Hay situaciones concretas que requieren del apoyo inmediato, el asistencialismo. Sin embargo, no acostumbrar al pobre a que siempre se le va a dar sino hacerlo tomar conciencia de que él mismo busque su propio desarrollo y promoción.
Las respuestas a la tercera pregunta:
Estamos verdaderamente enamorados y esto parte de la opción de vida que tenemos. Esto se da con las obras que se van desarrollando y al invitar a otros a que participen de estas mismas obras. Encontrar a Jesucristo en el otro se ha ido dando.
El amor profundo a Jesucristo nos lleva al encuentro con los pobres y esto nos debe motivar a hacer más que un simple servicio corporal. Esto nos debe impulsar a compartir nuestra experiencia con los demás, a hacer sentir al pobre importante, que es amado por Dios tal y como es.
Participar y tener en cuenta una autocrítica que nos permita crecer como FAMVIN.
Con base a la pregunta cuatro:
La fraternidad, el amor, la unión entre todos es la clave del éxito en esta nueva evangelización.
Tomar conciencia de que somos familia no solo a nivel práctico sino también espiritual. Por esto es importante conocer lo que realizan las demás ramas y poder hacer un proyecto en conjunto en beneficio de los pobres.
La unión de la fuerza tiene que empezar desde volver a la fuente: Jesucristo; para contribuir a trabajar con las nuevas pobrezas, dando acogida a los que quieran colaborar.
Se necesita más fluidez en la comunicación entre las distintas ramas de la FAMVIN
Conferencia de Sor Aseneth Useche Hija dela Caridad, 50 años de vocación. Titulada: Acerca de los colaboradores de San Vicente.
La hermana comenzó diciendo que nadie trabaja solo. El hombre es un ser relacional y Vicente no fue la excepción. Para ello, se valió de numerosas personas que le ayudaron en diferentes frentes. Tal es el caso de los señores Gondi: Margarita Silly y Felipe Manuel de Gondi. Fue por los Gondi, que le fue dado fundar y constituir muchas de sus casas, sin excepción. “Fue gracias a este protectorado, que podrá un día emprender todas sus obras; El crédito de esta familia le abrirá el acceso a las casas de los grandes y le asegurará la ayuda de los arzobispos de París, Henri y Jean-François de Gondi, hermanos de F. Manuel”.
Del mismo modo, hubo otras figuras femeninas no tan conocidas que tras bambalinas fueron un gran soporte en la vida y obra del fundador de la Congregación de la Misión: Genoveva Fayet, señora de Goussault, quien tuvo la primera idea de una asociación de damas para atender a los enfermos del Gran Hospital y fue su primera superiora. La Duquesa de Aiguillón; María Magdalena de Vignerod fue otra de las grandes dis¬cípulas, compañera y amiga de San Vicente de Paúl, quien fuera sobrina del Cardenal Richelieu, la cual fue llamada la Duquesa de los misioneros. Isabel Du Fay que puso su fortuna al servicio de los pobres a través de San Vicente, en cuya órbita la vemos desde 1626 colaborando con Santa Luisa para proveer al Santo de dinero y ropas para los pobres de las Caridades rurales. Y no podría faltar, por supuesto, Santa Luisa de Marillac, quien a pesar de sus escrúpulos, contribuyó con su espíritu y administración en las obras del santo, pues durante 35 años caminaron juntos, aprendiendo a conocerse, a estimarse y respetarse mutuamente, colaborando intensamente en establecer misiones en toda Francia y más allá…
Después de la cena se tuvo el acto mariano organizado por las Hijas de la Caridad, recordando la primera aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa a Santa Catalina Labouré el 18 de julio de 1830 en París.
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