CONFERENCIA LATINOAMERICANA
DE PROVINCIAS VICENTINAS
-CLAPVI-
“V CURSO DE
FORMACIÓN DE FORMADORES”
Seminario
Villa Paúl
Miércoles 10
de febrero de 2016
RATIO
FORMATIONIS – CAPÍTULO VI
CRONICA DÉCIMO
DÍA
P. Chuno, C.M
Hoy nos
tocó reflexionar en torno al CAP. 6 de la Ratio sobre la “FORMACION DE LOS HERMANOS EN LA ETAPA POSTERIOR AL SEMINARIO INTERNO”.
Según el programa inicial le correspondía la exposición al Hno. Stuardo
Marroquín, CM. de la provincia de América Central, pero por motivos familiares
no pudo asistir al curso. Los organizadores le confiaron la tarea al P. Marlio
Nasayó, CM., Director Espiritual del Seminario Mayor La Milagrosa, Colombia, y
creo que fue muy acertada la designación, no sólo por la claridad de la
exposición, sino porque el P. Marlio refleja un profundo respeto y amor por la
vocación del Hermano en la CM. Sus aportes fueron enriquecidos con el
testimonio y las apreciaciones de los hermanos Octavio Betancourt y Jairo
Valero, ambos de la provincia de Colombia y con una gran experiencia misionera
en la Congregación.
El P. Marlio presentó, a manera de
introducción, los antecedentes históricos de los hermanos en la historia de la
Iglesia, destacando el origen de esta vocación misionera en el pensamiento de
san Vicente y en la Congregación. Recordó algunos hermanos ejemplares de la
Pequeña Compañía: los hermanos secretarios Ducourneau y Robineau, el hermano
Alejandro Veronne, enfermero personal de san Vicente, los hermanos Parre y
Regnard en el servicio de la caridad, el hermano Dubourdieu en la misión
diplomática de Berbería… Luego hizo mención de los hermanos mártires de la
persecución religiosa española, recientemente beatificados por el Papa
Francisco, los hermanos Luis Aguirre Bilbao, Narciso Pascual Pascual y
Salustiano González Crespo.
En nuestras provincial
latinoamericanas, los hermanos han realizado una gran obra de servicio a la
Iglesia y a los pobres, pero lamentablemente en los últimos 60 años ha habido
una progresiva y preocupante disminución en el número de hermanos (en 1948
había 625 hermanos en la CM, en la actualidad son un promedio de 150).
Al hablar de la identidad del
Hermano en la CM, el P. Marlio trajo a colación el documento
HERMANOS PARA LA MISION – 1989, donde
se afirma que la vocación del hermano vicentino es una vocación cristiana,
consagrada y vicentina, “completa en sí misma como verdadero don de Dios, con
su contenido especial, no una vocación que sea medio clerical, medio laica.
(N°2). Así, el hermano en la Congregación refleja en su vida a Jesús servidor
de los pobres, es un discípulo que sigue a Cristo para llevar el evangelio a
los pobres.
Con esta interesante introducción, el
P. Marlio presentó cada una de las secciones de la Ratio, poniendo énfasis en
algunos puntos de especial consideración. Luego, a manera de síntesis, resumió
su reflexión en estos puntos o líneas programáticas:
1. El hermano
ha de caracterizarse por una formación humana profunda, que lo lleve a
valorarse en todo lo que es y puede. El hermano por sí mismo, ha de
considerarse y ser un misionero en todo el sentido de la palabra, y sentirse
plenamente realizado en su propia vocación.
2. Nuestra
pastoral vocacional debe presentar claramente la vocación misionera vicentina,
como sacerdote o hermano.
3. Tanto el
sacerdote como el hermano están llamados para ser discípulos de Cristo, y
seguir sus huellas en la evangelización de los pobres.
4. La
profundización en el bautismo: El fundamento está en la consagración bautismal,
él da las bases para comprender el enraizamiento en Cristo, y la misión propia,
que se desprende de este sacramento
5. Debe haber
un sano equilibrio entre la formación teológica y la formación técnica
concreta.
6. En el eje
vicentino, se debe incluir el estudio y la meditación de las grandes figuras de
hermanos que han hecho historia en la vida de la Congregación.
7. Es muy
recomendable que nuestros hermanos se involucren en la formación permanente que
se da en otras comunidades de vida consagrada, sobre todo en aquellas que
tienen un carisma similar al nuestro.
8. Los
ministerios laicales no se reducen a funciones litúrgicas sino que posibilitan
un apostolado fecundo, como la catequesis, los cursos bíblicos, la atención a
los enfermos y las obras sociales.
9. La ratio
insiste en que el hermano es un laico, ministro y colaborador en igualdad de
condiciones que el sacerdote. Por ello los hermanos deben brillar con
competencia profesional, para llegar efectivamente a los pobres y ayudarlos en
su promoción integral.
10. En la
medida de las posibilidades, los hermanos deben involucrarse en la pastoral
vocacional.
11. La
especialización que adquiera el hermano, ha de ser para un mejor servicio de la
comunidad, y para colocar estos talentos al servicio de los pobres.
Especialización técnica que requiere de la formación permanente.
12. Es
necesario e importante conocer la experiencia actual y los procesos formativos que
siguen en otras comunidades de hermanos.
Por la tarde los grupos trabajaron
en base a cuatros preguntas que planteó el P. Marlio.
·
Por las respuestas se puede apreciar que en general
hay una buena relación entre los sacerdotes y los hermanos, se reconoce y
aprecia su vocación, y se valora el servicio que realizan en la CM.
·
En la actualidad, los hermanos desempeñan distintos
trabajos y apostolados: enfermeros, sacristanes, administradores, ecónomos
locales, formación, asesores de grupos parroquiales, catequistas, misiones
populares, e incluso superior local.
·
En general, en nuestras provincias se promueve la
vocación del hermano, pero hace falta clarificar aún más lo específico de su
vocación misionera. En cuanto a la formación, hay distintas experiencias. En
algunas provincias los hermanos reciben formación filosófica y teológica. Se
insistió en la formación permanente y en la profesionalización, según sus
aptitudes personales.
·
A CLAPVI se le sugirió organizar cursos de formación
para hermanos atendiendo a las indicaciones de la Ratio, propiciar un estudio
claro de la vocación y misión del Hermano en la CM, escribir una historia de
los hermanos en la tradición vicentina.
Por la tarde celebramos Miércoles
de Ceniza con una gran participación de feligreses de Funza. Los seminaristas y
miembros de la comunidad estuvieron imponiendo la ceniza todo el día en la
capilla, colegios e instituciones… un gran despliegue misionero para dar inicio
a la Cuaresma.
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