CONFERENCIA LATINOAMERICANA
DE PROVINCIAS VICENTINAS
-CLAPVI-
V CURSO DE
FORMACIÓN DE FORMADORES
Seminario
“Villa Paúl”
Viernes 5 de
Febrero de 2016
RATIO
FORMATIONIS – CAPÍTULO V
CRÓNICA
QUINTO DÍA
P. José Jair Vélez Duque, C.M
P. Pepe Adolfo Sánchez Rincón, C.M
“La formación
durante el año de práctica pastoral”, es el tema que nos ocupa durante el
día. El P. Carlos Albeiro Velásquez, es el ponente en este quinto día de
encuentro. Un poco antes de pasar al salón de conferencias, tuvimos la
celebración de la santa misa presidida
por el P. Reinaldo Bejarano, misionero en la región de Honduras.
La
P. Carlos empieza su ponencia partiendo de una premisa: en un proceso de
formación ninguno se puede sustraer a la práctica pastoral, ya que esta
experiencia brinda solidez comunitaria y
misionera.
Este
año de práctica pastoral es de mucha importancia para los jóvenes en formación
y no es conveniente sustraerlos de esta
experiencia. Es en el contacto con la realidad, con la comunidad real y con la realidad del trabajo pastoral como los
jóvenes van a poder dar respuesta amuchas de las preguntas que la vida les va a
ir poniendo delante. La realidad de la propia comunidad, de la obra apostólica,
de la sociedad, de los pobres, los va a estar cuestionando sobre muchos valores
y principios. Ellos tienen que ir
afirmando su propia identidad vicenciana. Es en ese caminar acompañado
donde cada joven ira encontrando su propia
personalidad como vicenciano, y entonces podrá decidirse todo el tiempo
de su vida al seguimiento de Cristo, evangelizador de los pobres.
Afirma
el ponente, para san Vicente la formación fue una de sus mayores preocupaciones.
El ve la utilidad de una parroquia cercana al seminario para ejercitar a los
seminaristas. No significa que san Vicente haya pensado en el año de práctica
pastoral como hoy lo concebimos, esto sería un anacronismo, pero sí que
consideraba que la formación de los sacerdotes no debía ser teórica y que el
ambiente parroquial era ya una escuela de formación apostólica. Ahora, bien, en
esta práctica pastoral hay situaciones que preocupan y otras que alientan.
Una
vez presentadas estas situaciones, que preocupan y alientan, se aborda la
pregunta, ¿qué se entiende por año de práctica pastoral?, pregunta que resuelve
la misma Ratio, cuando afirma que el “año de práctica pastoral no es
necesariamente una etapa distinta de formación. Este año puede incluirse en o añadir
a una de las etapas de formación”. Puede entenderse que el espíritu de la
Ratio es en últimas que se viva esta experiencia como parte del proceso
formativo. Se habla luego sobre la finalidad de la formación en esta etapa, finalidad que viene definida
por la Ratio, cuando dice: “proporcionar
al misionero una experiencia básica para que discierna con mayor profundidad su
vocación a la vida y ministerio vicencianos”. Es, pues, un tiempo que se
brinda al misionero para que experimente y aquilate lo que es la vida y el
ministerio vicenciano. ¡Es una escuela
vocacional!
Continuando
con la ponencia, se presentan lo que son
los” objetivos y estrategias”, en
los que encontramos los seis ejes que articulan la formación del misionero.
Estos ejes son: vicenciano, humano, espiritual, intelectual, apostólico y
comunitario.
El
ponente termina su intervención presentando algunos “desafíos” para este año de práctica pastoral, como son:
-
La elección
del lugar a donde se envía al misionero en formación es clave.
-
Evaluar objetivamente las cualidades personales del
candidato, de modo que sea enviado a una comunidad
local donde pueda desarrollar sus potencialidades en bien de la
evangelización.
-
Preparar al joven para que asuma el año de práctica pastoral dentro del proceso
integral de formación
-
La conciencia de ser
enviado a una misión debe ser clara y debe generar sueños y sembrar
entusiasmo
-
Generar en él y con él espacios de reflexión de esta praxis, para salirle al paso a un
activismo pastoral
-
La pastoral supone
su sello también a lo académico
-
El
acompañamiento de esta etapa debe estar marcado por la experiencia
de ser “casa – escuela” de discipulado: que afiance la vocación en el
seguimiento del Señor.
-
Formar al misionero para la cercanía y la solidaridad con los pobres, procurando que esta
supere el plano de lo teórico o emotivo y tenga una verdadera incidencia en su
estilo de vida y sus decisiones.
En
horas de la tarde, nos reunimos por grupos para dar respuesta a las preguntas
que se formularon:
-
Dialogar acerca
de la ubicación del año pastoral en el proceso formativo.
-
¿De qué manera
concreta una comunidad local que acoge al misionero se hace responsable con su
proceso de formación?
-
¿Qué horizontes
de novedad se abren en esta etapa de formación a partir de este capítulo de la
Ratio?
La
plenaria, dirigida por el mismo P. Carlos Albeiro, puso de manifiesto grandes
expectativas respecto a lo que es y puede ser el Año de Práctica Pastoral.
Terminado el diálogo, nos reunimos de nuevo en la capilla para dar gracias a
Dios y a María Santísima por el trabajo realizado.
Con
la presente crónica les agradecemos el
interés prestado a las mismas y nos despedimos de ustedes, ya que a partir del
próximo lunes el P. César Alfonso Chávez, de la Provincia del Perú, será el encargado de su elaboración.
“Toda la formación se ordena a formar buenos
pastores
que
comuniquen la Vida Plena de Jesucristo
a
nuestros pueblos, como quiere Aparecida”.
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